lunes, 30 de noviembre de 2009

Caleidoscópico Berlín



Berlín, 18 de julio de 2008

Berlín ha soportado varias cirugías al corazón. Las tres millones de personas que caminan por la ciudad la han convertido en la quinta metrópoli más poblada de la Unión Europea. Sus paredes pintadas con aerosol esconden anécdotas que parecen haberse escapado de los pies de página de los libros de historia.

Cuando regrese a casa y piense en Berlín, recordaré los matices de los muros que brotan de la exhalación del spray; el color del Tiergarten, el pulmón verde de la ciudad. Dicen que el nombre del parque de 210 hectáreas significa “jardín de animales”, pues en sus primeros años era una zona exclusiva para cazar jabalíes y ciervos.


El tiempo avanza más rápido que el metro, es más veloz que nuestros pies. Vamos con calma, pero Berlín no se detiene, tiene vida propia. La Iglesia de la Memoria, los restos del Muro de Berlín, la Puerta de Brandeburgo, el mercado Hackescher, el Sony Center, el monumento por las víctimas del Holocausto, Potsdamer Platz, el río Spree y sus orillas. La ciudad es una mezcla caleidoscópica.

Nos vemos en Alexanderplatz.